El regalo de la gracia de Dios
Mientras calificaba unos trabajos de un curso de redacción que enseño, hubo uno que me impactó. ¡Estaba tan bien escrito! Pero pronto me di cuenta de que estaba demasiado bien escrito. Claro, era un plagio de una fuente en línea.
Comunión en Jesús
No sé bien quién es el responsable de apagar las luces y cerrar la iglesia después de la reunión dominical, seguramente llega siempre tarde a cenar los domingos. Esto se debe a que a muchos nos gusta quedarnos después de la reunión a conversar y estar juntos. Es una alegría mirar a tu alrededor veinte minutos después del servicio y ver a tantas personas que siguen disfrutando de la compañía mutua.
Iguales ante Dios
Mientras estábamos de vacaciones, mi esposa y yo disfrutamos de pasear en bicicleta. Un camino nos llevó por un vecindario lleno de casas de millones de dólares. Vimos diversas personas: residentes paseando a sus perros, otra gente andando en bicicleta, y muchos obreros y jardineros. Era una mezcla de personas de todos los ámbitos de la vida, y eso me recordó una realidad valiosa. Todos en aquella calle esa mañana éramos iguales. «El rico y el pobre se encuentran; a ambos los hizo el Señor» (Proverbios 22:2). Más allá de las diferencias, todos fuimos hechos a imagen de Dios (Génesis 1:27).
Una tarjeta y una oración
La mujer había quedado viuda y comenzó a preocuparse. Para cobrar un dinero vital de un seguro de vida, necesitaba información clave sobre el accidente que le había quitado la vida a su esposo. Habló con un oficial de policía que dijo que la ayudaría, pero ella perdió su tarjeta personal. Entonces, le rogó a Dios que la ayudara. Poco después, estando en su iglesia, pasó por al lado de una ventana y vio una tarjeta en el marco: la del policía. No tenía idea de cómo había llegado allí, pero sabía el porqué.
Encontrando vida
Era natural que David asistiera a una universidad cristiana y estudiara la Biblia. Había estado rodeado toda su vida de personas que conocían a Jesús; en casa, en la escuela y en la iglesia. Incluso, estaba enfocándose hacia una carrera de «ministerio cristiano».
¿Alguna pregunta?
Ana fue a ver a su cirujano bucal, a quien conocía desde hacía años, para un examen preliminar. Él dijo: «¿Tienes alguna pregunta?», y ella respondió: «Sí. ¿Fuiste a la iglesia el domingo?». Su pregunta no buscaba criticarlo, sino simplemente iniciar una conversación sobre la fe.
Un enfoque diferente
Cuando Mary Slessor viajó a Calabar (actualmente Nigeria, en África) a finales del siglo xix, estaba entusiasmada por continuar con la obra misionera del fallecido David Livingston. Su primera tarea —enseñar en la escuela mientras vivía con otros misioneros— puso en ella un peso sobre servir de otro modo. Entonces, se mudó con la gente a la que servía. Aprendió su idioma, vivió como ellos y comió la misma comida. Incluso albergó a decenas de niños abandonados. Durante casi 40 años, llevó el evangelio y esperanza a los que necesitaban ambas cosas.
De las tinieblas a la luz
Nada podía sacar a Aakash de su oscura depresión. Gravemente herido en un accidente, lo llevaron a un hospital misionero en el sudoeste de Asia. Le hicieron ocho operaciones para reparar las fracturas, pero no podía comer. Cayó en depresión. Su familia dependía de él para subsistir, y como no podía hacerlo, su mundo se volvió más oscuro.
Palabras de despedida
Antes de morir, John M. Perkins dejó un mensaje para los que quedarían atrás. Conocido por abogar por la reconciliación racial, dijo: «El arrepentimiento es la única manera de volver a Dios. A menos que se arrepientan, todos perecerán».
Explorar las estrellas
En 2021, se lanzó el Telescopio Espacial James Webb, que se implementó a más de un millón y medio de kilómetros de la Tierra para investigar el universo. Esta maravilla se asomará al espacio profundo y examinará las estrellas y otras maravillas celestes.